Vuelve El Rollo Higiénico

Hace miles de años, a finales de los setenta, vio la luz el primer y único Rollo Higiénico, un fanzine contracultural que costó lo suyo: 20.000 pesetas 2000 ejemplares.

Como suele ocurrir en esta ciudad en la que nos tocó vivir (y quisimos), el proyecto no llegó a más; quedó en el camino al igual que las buenísimas Sopa de Ganso y Acrimonia.

Pero el Rollo siempre ha estado presente en nuestras vidas, no lo podemos remediar. Llámenlo melancolía o saudade, que es un término que nos encanta. Lo cierto, es que, como diría el muy querido Pessoa:

Los escribí y debo enseñárselos a todos
porque no puedo hacer lo contrario,
como la flor no puede esconder el color,
ni el río ocultar que corre,
ni el árbol ocultar que da frutos.

Y los frutos, el color y el agua se unieron en una extraña conjunción que vino de Nueva Zelanda, de la mano de un realizador que nos encargó un trabajo acerca de un ROLLO HIGIÉNICO.

Y sin veinte mil pelas en el bolsillo (ni su equivalente en euros) y con más colorido que el primigenio, ha vuelto El Rollo Higiénico, recién inaugurado y ansioso de albergar experiencias, conocimiento, chaladuras y, sobre todo, comunicación.

Estáis invitados.